Emilio llevaba 25 años en el sector de la gastronomía gourmet cuando conoció a Josep y a su obrador de hierbas aromáticas ubicado en los Pirineos.
Hacía tiempo que Josep había dejado la ciudad para retirarse a las montañas y dedicarse a crear sus propias infusiones.
En su laboratorio, rodeado de recetas, Josep enseñó a Emilio los secretos de la fórmula perfecta con las hojas, las flores de incomparables aromas y las especias de tierras lejanas.
Entre conversaciones calmadas y tazas humeantes de té, descubrieron que la sabiduría y el amor por las plantas de Josep se complementaba a la perfección con la experiencia gastronómica de Emilio.
Así fue como decidieron emprender un nuevo proyecto juntos, para desarrollar un laboratorio que creara tés e infusiones gourmet, con una dosis extra de felicidad: HAPPY-LAB.